La dentición decidua o temporal está compuesta únicamente por 20 dientes. La diferencia con la dentición definitiva, a parte del tamaño y forma de los dientes, es que no posee premolares, siendo éstos los sustitutos de los molares de leche.
La erupción de los dientes temporales suele aparecer a los 5 o 6 meses de edad y se completa a los 24 meses. No existe un plazo de erupción exacto sino que es variable en función de cada persona.
Los dos años son para los dientes una edad crítica. El niño, por lo general, ya tiene todas las piezas dentarias y es en esta edad cuando debe de empezarse a asentar las bases de la higiene oral. Debe de comenzar a cepillarse por sí mismo bajo la supervisión de los padres evitando el uso de excesiva pasta dental (es suficiente el tamaño de un garbanzo).
También a esta edad debería de haberse abandonado el uso de chupete a fin de evitar alteraciones en la forma del paladar (mordidas abiertas).
Es importante establecer un cierto control de la dieta evitando el abuso de los azùcares refinados, no sólo presentes en las golosinas, sino también muy abundantes en bollería, patatillas, zumos, refrescos, etc.
Es el momento ideal para realizar la primera visita al dentista y comenzar a educar al niño en este hábito a fin de evitarle temores y miedos de los adultos.
A la edad de 5 o 6 años suelen aparecer los primeros dientes definitivos, habitualmente los incisivos inferiores y la dentición se va completando hasta llegar a los 12 o 13 años con los segundos molares. Los terceros molares o muelas del juicio no erupcionan hasta mucho más tarde (18 o 19 años).
De nuevo, no conviene obsesionarse con los plazos de erupción, pero si estar atentos a posibles retrasos de más de seis meses para poder diagnosticar algunos problemas como las agenesias (ausencias ) malformaciones u obstáculos para la erupción.
En este período de dentición mixta (hay dientes de leche junto con los definitivos) las caries suelen aparecer en las zonas de contacto de los dientes y , por tanto, es importante que los niños comiencen a familiarizarse con el uso de la seda dental, habitualmente con un transportador para facilitar la tarea.
Cabe no menospreciar la importancia de los dientes temporales ya que son imprescindibles para asegurar el espacio necesario para la correcta erupción y colocación de los definitivos. Por ello es a esta edad ( 7-8 años) cuando se inician muchos de los tratamientos de ortodoncia, especialmente en una primera fase funcional para ensanchar el paladar en la mayoría de los casos mediante aparatos removibles.
Es en esta época también cuando se producen muchos traumatismos dentarios. Es de destacar la importancia de conservar la pieza perdida en los casos de avulsión dentaria (fuera completamente) en la propia saliva del paciente o en leche, hasta llegar a la consulta del dentista.
Para concluir, resaltar de nuevo que todos los hábitos de higiene y prevención que adquieran los niños por parte de los padres y del dentista repercutirá positivamente en su dentición toda la vida.