Los terceros molares, cordales o muelas del juicio son los dientes que con más frecuencia sufren problemas de erupción. Casi un 45% de los pacientes de una clínica dental presentan cordales incluídos y de estos el 75% padecen síntomas.

La exodoncia de cordales incluídos es quizás el acto quirúrgico que con mayor frecuencia se realiza en una consulta de cirugía bucal.

Entendemos por diente incluído aquel que permanece dentro del hueso una vez pasado su tiempo de erupción. Sin embargo, es importante destacar que entre un 5 y 30% de los pacientes presentan agenesia o ausencia de estas piezas, al tener estos dientes una tendencia a la desaparición en el desarrollo filogenético del hombre.

Los cordales empiezan a formarse a los 7 años de edad, completando la formación de la corona a los 10. Se puede afirmar que si en una radiografía no se observan a esta edad, en el 50% de los casos ya no aparecerán. La corona completa su calcificación a los 16 años y la calcificación completa de las raíces no acaba hasta los 25 años.

Fundamentalmente la causa de la inclusión de las muelas del juicio es la falta de espacio disponible para su correcta erupción.

Entre la sintomatología más frecuente que pueden  producir los cordales incluídos aparecen:

La pericoronaritis que es la infección localizada en los tejidos que cubren la corona del diente parcialmente erupcionado. Es muy frecuente entre los 18 y 30 años.

La adenitis que se caracteriza por la presencia de ganglios palpables no adheridos a zonas profundas y ligeramente dolorosos. En su forma más agresiva puede producir un adenoflemón con grave afectación del estado general del paciente.

Los flemones, celulitis (infección del tejido celular subcutáneo) y abscesos o acumulaciones delimitadas de pus en un tejido.

También pueden producirse osteítis y osteomielitis con necrosis del hueso de los maxilares.

Sinusitis por la proximidad del seno maxilar.

Caries y destrucción del segundo molar vecino, así como lesiones periodontales de esta pieza.

Apiñamiento dentario. Este hecho está muy cuestionado, ya que la extracción de los cordales incluídos muchas veces no mejora el apiñamiento.

Otros síntomas frecuentes son: traumatismos mucosos, alteraciones temporomandibulares, fracturas mandibulares, quistes, transtornos sensitivos, dolores faciales y alopecia o pérdida de  pelo en áreas delimitadas.

Ante la mayoría de estos problemas la actitud terapéutica debe ser la exodoncia o extracción del tercer molar. Sin embargo, en los casos asintomáticos debería mantenerse una conducta expectante con controles periódicos procediendo a la exodoncia preventiva sólo en casos de pacientes que van a ser sometidos a radioterapia, en casos de molares incluídos debajo de prótesis removibles y en aquellos casos en que haya riesgo de fractura mandibular y cuando se encuentran en zonas de resección de un tumor. En todos los casos el criterio del dentista basado en la evidencia científica será siempre básico para establecer el tratamiento necesario.