LA SALIVA. 1ª PARTE.

La saliva desempeña un papel esencial en la protección y el mantenimiento de la salud oral y de la salud en general. Con su intervención en la realización adecuada de las funciones del sistema masticatorio contribuye a una buena calidad de vida.

La saliva es una mezcla fluída, compuesta de un 99% de agua y de un 1% de materia seca, tal como proteínas y sales minerales. Está producida en su mayor parte por tres pares de glándulas salivales mayores, que aportan casi un 90% del total del flujo segregado, y por las glándulas salivales menores de la mucosa oral que contribuyen con algo menos del 10% del volumen total.

La producción diaria normal de saliva oscila entre 0,5 y 1,5 litros/día (0,25- 1,0 ml/minuto). En estado de reposo, aproximadamente dos tercios del volumen total de saliva está producido por la glándula submandibular. Sin embargo, cuando las glándulas salivales se estimulan, la parótida puede aportar casi la mitad del volumen de saliva producida. Sólo un pequeño porcentaje de saliva procede de las glándulas sublinguales. Aunque las glándulas salivales menores contribuyen poco , juegan un importante papel en la lubricación de la mucosa, dado su alto porcentaje de proteínas en el contenido de la saliva que segregan.

La saliva protege los dientes y la mucosa oral y esofágica. Tiene múltiples funciones relacionadas con la digestión en el tracto gastrointestinal superior. Facilita la ingesta de alimentos al disolverlos, limpia la boca de detritus y microorganismos lubricando  los tejidos orales, facilita la masticación, la deglución y el habla, contribuye a la remineralización de los dientes y los protege frente a los ácidos de los alimentos. Contiene numerosos componentes con actividad antimicrobiana y contribuye al sentido del gusto. También facilita le retención de las prótesis dentales removibles por su efecto capilar. Se usa muchas veces como herramienta diagnóstica ( drogas, contaminantes ambientales, etc.) y para valorar el riesgo de padecer caries ( recuento de bacterias como el Streptococo mutans o Lactobacilus ) o hongos  ( Candida albicans).

El flujo salival puede variar en función de algunos factores como LA EDAD ya que es cierto que existe una involución estructural de las glándulas salivales a medida que vamos envejeciendo, pero,  en general y hasta la octava década se mantienen los parámetros fisiológicos. Por otra parte la producción de saliva estimulada y no estimulada es menor en la MUJER que en el hombre. Los ESTÍMULOS MECÁNICOS de la masticación, dependiendo de la consistencia y ACIDEZ de los alimentos, así como de su TEMPERATURA (en especial el frío) aumentan el flujo salival.Cuanto mayor es el flujo , más aumenta el pH y la concentración de proteínas, sodio, cloro y bicarbonato. El estado de la dentadura natural no influye de manera notoria en la cantidad de saliva en reposo o estimulada.

El factor más importante para la segregación de saliva en reposo es el GRADO DE HIDRATACIÓN. Además el flujo salival depende del ciclo biológico , con mínimos por la noche y durante el verano con temperaturas más altas. La oscuridad y la posición de decúbito favorecen la disminución de saliva. Esto explica la sensación de sequedad que tenemos a veces al despertarnos .

               LA SALIVA. 2ª PARTE.

Las alteraciones de la secreción salival pueden ser de dos tipos: por exceso, hipersalivación o sialorrea y la disminución o hiposalivación.

La hipersalivación es relativamente infrecuente en los adultos ( no así en los niños, especialmente al erupcionar los dientes) y puede darse en algunos desórdenes neurológicos como la parálisis cerebral, la amiotrofia lateral, Parkinson, etc.

En contraste, la hiposalivación es mucho más frecuente. Cuando la cantidad de saliva no estimulada disminuye en un 40-50% se produce una sensación subjetiva de boca seca y se habla de xerostomía cuando el flujo salival es menor del 50% del normal. Es importante señalar que en la xerostomía se altera no sólo el flujo, sino también la composición de la saliva. La hiposalivación puede ser de origen funcional (sólo cuantitativa) o de origen orgánico (cuantitativa y cualitativa).

En la hiposalivación la mucosa oral aparece seca, apagada, hipersensible y atrófica, con fisuras linguales. Produce problemas en la masticación, deglución y habla, alteraciones del gusto y olfato. La ausencia de las funciones protectoras de la saliva facilita la proliferación de gérmenes oportunistas y la aparición de infecciones bacterianas, víricas y micóticas(hongos). Se afecta la capacidad de remineralización, la neutralización de los ácidos, perdiendo el esmalte sus propiedades y precipitando la aparición de caries y halitosis (mal aliento).

En pacientes con xerostomía se pueden diagnosticar diversos cuadros clínicos extraorales asociados: rinitis,xeroftalmia, queratoconjuntivitis, faringitis, bronquitis, esofagitis, etc.

Entre las causas más frecuentes de la hiposecreción de las glándulas salivales se encuentran las sialoadenosis que producen xerostomía junto a tumefacciones indoloras recidivantes de las glándulas salivales, sobre todo de la parótida. Estas sialoadenosis pueden tener un origen neurógeno, como en el Parkinson, o endocrino, como en la diabetes, embarazo, menopausia, enfermedades hipofisarias o tiroideas y en la insuficiencia renal.

La edad per se no es una causa de hiposalivación, sino que muchas veces se produce como consecuencia de los efectos secundarios de los múltiples medicamentos que las personas mayores  suelen tomar (antihipertensivos, antidepresivos, diuréticos, antihistamínicos, etc.).

Los trastornos emocionales y psíquicos (ansiedad, depresión, estrés) pueden también producir hiposalivación, así como las alteraciones del gusto y del nervio vago.

La sialolitiasis o cálculos salivales obstruyen la salida de saliva produciendo tumefacción de la glándula, dolor e infección.

Los tumores malignos, las enfermedades febriles, así como las estomatitis protésicas, también pueden producir xerostomía.

La radioterapia local a dosis elevadas provoca una disminución de hasta un 90%del flujo salival, muchas veces irreversible.

La enfermedad sistémica más conocida que afecta a las glándulas salivales es el síndrome de Sjögren, una enfermedad autoinmune que se caracteriza por xerostomía, artritis y queratoconjuntivitis así como una disfunción generalizada las glándulas endocrinas