Las porcelanas son materiales cerámicos que se han utilizado en odontología desde hace más
de dos siglos para la elaboración de prótesis dentales (coronas, puentes etc.).Su principal
cualidad es la estética ya que con ellos se puede imitar el color y la forma de los dientes
naturales.
Sin embargo, la porcelana es frágil y se rompe muchas veces con las fuerzas que actúan en la
boca. Por lo cual debe de fabricarse con un armazón metálico que aumente su resistencia.
Esta estructura, que suele ser de aleaciones de oro, paladio y otros metales, oscurecen a
veces la porcelana dental (en especial en la zona del cuello del diente).Por otra parte los
metales en ocasiones pueden producir algunos efectos indeseables (reacciones alérgicas)
debido a su menor biocompatibilidad (respuesta del organismo ante una sustancia extraña).
Así pues se han desarrollado nuevos materiales que ofrezcan a la vez una mayor tolerancia
por parte del organismo, una mayor resistencia ante los impactos y por supuesto, una mayor
estética.El zirconio es uno de estos materiales. Es un metal blanco y se usa en forma de
dióxido Zr O2. Su uso en medicina empezó en los años 60, especialmente en las prótesis de
cadera y en odontología se usa desde hace ya varios años. Sus principales aplicaciones son la
fabricación de (coronas (fundas) puentes, brackets de ortodoncia, implantes etc.
Es un material resistente a la acción de los ácidos y bases, con baja conducción del calor
(aislante) y por tanto, muy bien tolerado. Por otra parte, al ser blanco, facilita el imitar el
color de los dientes naturales al revestirlo con porcelana .Y sobre todo es un material muy
resistente a las fracturas.Sin embargo precisa de una manipulación muy exigente tanto en su
producción como en su procesado (generalmente con técnicas asistidas por ordenador CAD
CAM) así como en su acabado y colocación en boca.